¿Qué es el capital circulante y cuál es la fórmula para calcularlo?

qué es el capital circulante

En el área de las finanzas existen una gran variedad de términos que pueden resultar confusos para quienes no están familiarizados con ellos. Uno de estos conceptos es el capital circulante, o también denominado activo circulante, que está muy relacionado con otros como el llamado fondo de maniobra.

A continuación, explicaré qué es el capital circulante y cuál es la fórmula que se utiliza para calcularlo.

Capital circulante: ¿Qué es?

El término capital circulante hace referencia al total de liquidez que posee un negocio. Es decir, el dinero que tiene en el momento presente y del que dispone para hacer uso en cualquier momento.

Como podrás imaginar, es fundamental que se lleve a cabo un excelente control del mismo, pues de lo contrario la empresa puede sufrir dificultades para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.

¿Recuerdas qué es viabilidad? En relación a lo anterior, este tipo de análisis podría ayudarte a mantener el funcionamiento tu negocio.

Entonces…¿qué es el capital circulante exactamente? Para poder entender mejor qué es el capital circulante de una empresa, antes es necesario definir qué es el activo de una empresa. Este es el total de bienes que pertenecen a la misma.

Teniendo esto claro, podemos decir que el capital circulante forma parte de ese activo. Y se corresponde con la parte que es posible transformar en dinero o en efectivo de forma fácil y en un periodo inferior a un año.

Este concepto está formado por los bienes que intervienen en la producción y también por aquellos otros que conforman el producto final. Hablamos, por ejemplo, de las materias primas que se usan en la fabricación. Además, podemos destacar que el capital circulante se caracteriza por:

  • Como decíamos, puede convertirse en líquido en un tiempo inferior a 12 meses.
  • Se suele emplear para el pago de créditos a corto plazo o para cubrir gastos operacionales de la organización.
  • A la hora de contabilizar el capital circulante debemos saber que también incluye las deudas que los clientes tengan pendientes con la empresa.
  • Igualmente, también se incluyen las materias primas que estén en inventario y los productos ya fabricados y listos para vender.

Capital circulante: Fórmula

Después de analizar la definición de este concepto, es el momento de profundizar y ver cómo se calcula. Para ello, la fórmula del capital circulante es la siguiente:

Capital circulante = activo corriente – pasivo corriente

Veamos cómo debemos interpretar su resultado:

  • Resultado positivo. Si obtenemos un resultado positivo, podemos decir que la empresa cuenta con el capital circulante suficiente para cubrir sus obligaciones a corto plazo.
  • Resultado negativo. En caso de que el resultado sea negativo, nos estará indicando que la empresa tiene un déficit de capital circulante y podría tener dificultades para cumplir con sus obligaciones.
  • Resultado igual a 0. Otra posibilidad es que el resultado tras aplicar la fórmula del capital circulante sea igual a 0. Si esto ocurre, quiere decir que la organización cuenta con recursos para cubrir necesidades y obligaciones a corto plazo, pero no para mirar más allá. Da cierto margen de actuación para resolver la situación, pero no es el escenario ideal.

Veamos un ejemplo para entenderlo mejor. En este sentido, en el lado de los activos circulantes encontramos:

  • Efectivo: 10.000€
  • Cuentas por cobrar: 20.000€
  • Inventario: 30.000€
  • Total de activos circulantes: 60.000€

Por otro lado, en cuanto a los pasivos circulantes, tenemos:

  • Cuentas por pagar: 15.000€
  • Préstamo a corto plazo: 10.000€
  • Impuestos por pagar: 5.000€
  • Total de pasivos circulantes: 30.000€

Aplicando la fórmula, obtenemos lo siguiente: 

Capital circulante = 60.000€ – 30.000€ = 30.000€

Con este ejemplo, podemos concluir que la empresa en cuestión dispone de recursos financieros suficientes para poder hacer frente a sus obligaciones a corto plazo y continuar con sus operaciones diarias.

Sin embargo, recomiendo hacer seguimiento exhaustivo de este dato, pues podría cambiar en cualquier momento. Lo ideal sería revisarlo mensualmente o incluso semanalmente, ya que puede haber picos o valles de tesorería.

Todas las empresas deberían monitorear su capital circulante de forma regular para ir realizando los ajustes que fueran necesarios en su estrategia de financiación. 

Y, ¿qué significan cada uno de los componentes de la fórmula? Vamos a verlo.

Activo corriente

Esta parte de la fórmula hace referencia a los recursos económicos en efectivo de los que dispone la empresa. También a los que pueden transformarse en efectivo.

En este grupo entrarían todos aquellos que pueden venderse, entregarse como pago o convertirse en dinero líquido sin dificultad alguna y de manera rápida. Entre sus partidas encontramos:

  • Activo líquido e inversiones de corto plazo.
  • Derechos de cobro exigibles por parte de la organización.
  • Existencias e inventario disponible de materias primas.
  • Alquileres, arrendamientos, seguros y otros activos corrientes diferidos.

Pasivo corriente

Por otro lado, el pasivo corriente se refiere a todas las obligaciones a las que tiene que hacer frente la organización. Aquí podemos incluir a las deudas de la empresa o pagos pendientes como los impuestos. 

Cabe destacar que cuando se trata de pasivo corriente, tenemos un plazo de pago inferior a un año, y cuando se trata de pasivo no corriente, el plazo puede ser superior. Entre sus partidas encontramos:

  • Pasivos vinculados con activos no corrientes mantenidos para la venta.
  • Provisiones y deudas a corto plazo.
  • Deudas con empresas del grupo y asociados a corto plazo.
  • Acreedores comerciales y otras cuentas a pagar.
  • Periodificaciones, deudas especiales y otras cuentas a corto plazo.

Conclusiones acerca del capital circulante

Tal y como hemos visto, el capital circulante es un concepto financiero de gran importancia para las empresas. Gracias a su cálculo, podemos tener una idea de la disponibilidad de recursos que hay para hacer frente a las obligaciones inmediatas.

Saber calcularlo y, sobre todo, saber interpretar sus resultados, es fundamental para garantizar el éxito del negocio. Nos ayuda a asegurar su solvencia financiera y su capacidad de inversión a largo plazo. 

Aún así, conviene tener un cuadro de mandos en el que este concepto esté incluido. De este modo, podrá llevarse a cabo un seguimiento y control más preciso de su estado en todo momento. Una buena manera de seguirlos de forma automatizada sería implementando herramientas de business intelligence.

Esto facilita a las empresas tomar decisiones rápidas y evitar las consecuencias que podrían ocurrir en caso de que se aproximará a un valor negativo.

Si necesitas ayuda, hablemos. Puedo ayudarte a monitorear éste y otros elementos financieros de tu empresa para tener siempre la información real de lo que está ocurriendo para, con ello, tomar decisiones informadas y ajustadas a la realidad.

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